El traslado de prisioneros se inicia el mismo día 8 con las últimas luces. El obispo y los jefes y oficiales son fueron conducidos en coches. El resto de los prisioneros se trasladarán en camiones.
Fuembuena
«Cerca de un centenar de camiones se alinearon a lo largo de la carretera de Sagunto y las pobres gentes turolenses fueron subiendo a los vehículos, donde se arracimaban como única defensa contra el frío helador de aquellos días.
Se puso en marcha el convoy con su carga dramática y tras un penoso viaje llegaron los evacuados a la Puebla de Valverde. Allí no les quisieron. Había poca comida y los refugiados iban a agravar más aún el problema. Después de algunas horas en la plaza del pueblo, sin una brasa donde calentarse ni un pedazo de pan que comer, la caravana siguió camino de Mora de Rubielos, donde llegaron al día siguiente. Tampoco a los vecinos de Mora les agradó la visita, y entonces los jefes rojos dispusieron que todos los evacuados fueran llevados al Castillo del pueblo, donde estuvieron sin comer hasta el siguiente día por la mañana, en que les dieron un cazo de malta a cada uno».
Los sucesivos traslados resultaron muy duros, particularmente para los heridos, algunos no sobrevivirán. En Albentosa fueron separados los hombres de las mujeres. Son trasladados ambos grupos en tren hasta Valencia. Entre los días 8 y 9 ingresan la mayoría en el penal de San Miguel de los Reyes. Un pequeño grupo de mujeres, entre las que se encontraban la esposa e hija del coronel Rey, queda en los calabozos del S. I. M. (Servicio de Información Militar), y otras pasaron a diversas cárceles y campos de concentración.
El 17 de enero son trasladados a Barcelona los veinticinco prisioneros estimados como más importantes. Entre ellos el obispo, dos canónigos, el que había sido gobernador civil, el comisario de Policía en Teruel, el jefe de Falange, los coroneles Rey d’Harcourt, Barba y Gasea y los tenientes coroneles Uranda, Pérez de Hoyo y García Brisolari. Tres meses después aproximadamente se les unirán los otros jefes y oficiales.
En Barcelona el grupo seleccionado quedó seis días en el convento dominicano de Montesión, pasando luego al convento de las Siervas de María, convertido en «Depósito para prisioneros y evadidos 19 de julio».
Con monseñor Polanco se tuvo cierta tolerancia. En esos momentos se quiere ofrecer al mundo una visión de libertad religiosa. El obispo podía así rezar el rosario con sus compañeros de cautiverio, leer el Evangelio y, más adelante decir misa los domingos. Para el Gobierno el Obispo Polanco era un verdadero problema. Se tratará su posible canje sin que las negociaciones llegaran a prosperar.
El 17 de abril eran llevados los presos, salvo el obispo y los dos canónigos, al castillo de Montjuich, donde se encuentran, cautivos, otros oficiales procedentes de distintos frentes y acciones de guerra. Llegaron a ser algo más del centenar. El 8 de noviembre volvían a la cárcel del convento de las Siervas de María, donde la vida resultaba más llevadera.
Ya en el mes de enero de 1939 con noticias sobre la cercanía de las fuerzas nacionales, el coronel Rey prepara un plan para apoderarse del edificio, no se puede realizar. Se precipitan los acontecimientos. Amenazada muy de cerca Barcelona por las fuerzas nacionales, se dispone la salida inmediata de los presos.
El 25 eran montados en un tren de la línea de Puigcerdá, y por Granollers, Vich y Ripoll, llegan a Campdevanol, donde se les unirá, ya hasta el final, un grupo de oficiales y soldados italianos y alemanes.
El 26 sufren un bombardeo de la aviación nacional. Resulta muerto el comandante Herrero y herido el coronel Barba, que queda separado de sus compañeros de cautiverio. Se encontraba ya, por entonces enfermo y casi ciego.
Aquel mismo día son embarcados los presos en otro tren en dirección a la frontera. Paran en Puigcerdá. Aquí, al parecer, la fuga de varios presos que consiguen llegar a Francia, cambia la suerte de los restantes. El tren da marcha atrás y llega a Ripoll, donde se hace una separación de los prisioneros en dos grupos.
- Uno formado por 114 oficiales es incorporado a una unidad de trabajadores. Emprenden marchas agotadoras hacia la frontera por San Juan de las Abadesas y Camprodón. Cruzan la frontera por Prat de Molló. Sobre el 14 de febrero, el grupo regresará a España por Le Perthus y La Junquera.
- El otro grupo formado por los mayores de cincuenta años junto con los presos extranjeros. Aquí están el obispo y el coronel Rey. En camiones son llevados desde Ripoll a Olot, siguiendo desde aquí todos a pie. Pasan por Bañolas y llegan a Pont de Molins. El 31 de enero quedan alojados en la masía Can Boach.
El 6 una orden del Estado Mayor Central dispone que los cautivos sean puestos bajo la custodia de una fuerza regular.
Parece ser que hubo aún algún conato de dejar en libertad a todos que no se lleva a cabo por la presencia de grupos milicianos que se oponen.
El 7 se presenta para hacerse cargo de los prisioneros una unidad militar al mando del comandante Pedro Díaz. Un camión, con unos 38 hombres armados, con un comisario y un teniente.
Se deja en libertad a la mayoría y quedan retenidos 42 prisioneros, entre los que figuraban los extranjeros, el obispo el coronel Rey y los prisioneros de Teruel que les acompañan.
Se formaron tres expediciones, cada una de 14 hombres. Maniatados de dos en dos fueron llevados por la carretera de Escaules hasta el barranco de Can de Tretze donde fueron ametrallados. Los cadáveres fueron rociados con gasolina y quemados.
Un pastor encontrará los restos y lo pondrá en conocimiento de las autoridades.
El 20 de febrero se les da sepultura y el 3 de marzo tenía lugar la exhumación de los cadáveres, identificándose fácilmente, entre otros, el del obispo, el coronel Rey y el teniente coronel Pérez de Hoyo.
Es casi seguro que en el EMC existió voluntad de velar por la vida de todos los prisioneros. Sin disponer de más documentación sobre este tema mi opinión es que esta acción no pudo ser llevada a cabo por elementos descontrolados. A pesar del caos reinante esa zona es precisamente la más controlada en esos momentos de todo el territorio de la República.
En cuanto al grupo de cautivas de Teruel que había quedado en la cárcel provincial de Valencia serán evacuadas, con varios centenares más de presas, el 3 de julio de 1938 a la prisión de Cehegin (Murcia).
El 26 de marzo de 1939 la esposa e hija del coronel Rey vuelven a Valencia, donde cuatro días después entrarán de las fuerzas nacionales.
La fotografía corresponde a los años 60. En la actualidad el monumento se encuentra prácticamente destruido.
Perteneciente al Reemplazo de 1929/3º, había hecho el servicio militar en La Seo de Urgel, en el Bon. de Cazadores de Montaña Madrid nº 5 en el año 1930.
El 11 de octubre de 1937, ya con 29 años, formaba parte en Morés (Zaragoza) de la Milicia nacional de la FET y de las JONS, según certificado incluido en su Hoja de Servicios.
Encuadrado en alguna unidad de Acción Ciudadana, Unidades de compuestas por personas ya mayores, de paisano y con escaso armamento, con misiones de vigilancia en la retaguardia, fue trasladado a Teruel. Las penurias de personal en el frente de Aragón llevaron a emplear este tipo de Unidad en las zonas teóricamente menos amenazadas.
Quedó en servicio en la ciudad bajo el mando del Comandante Militar, Coronel Rey D´Harcout (aunque en su certificado aparece la firma del coronel Barba).
Estuvo en la ciudad durante toda la ofensiva republicana desde su inicio; en los últimos momentos se encuentra en la defensa del Seminario, al mando del coronel Barba, último reducto en rendirse el 8 de enero de 1938.
Fue trasladado con los otros prisioneros al Penal de San Miguel de los Reyes donde tiene entrada el 9 de enero del 38.
Según figura en la relación, el 9 de abril del 38 abandona el penal y formando parte de una numerosa columna a pie, son conducidos hacia Cataluña. Por la reseña que figura en la ficha, el punto de destino podría ser Ametllá de Mar, en la costa al NE de Tortosa. Lo más probable para su empleo como refuerzo de las unidades de trabajadores que venían creando y reforzando las líneas fortificadas.
En ese momento las fuerzas nacionales ya habían desencadenado la ofensiva al sur del Ebro que tenía como objetivo alcanzar el Mediterráneo separando Cataluña del resto de la zona republicana.
El 15 de abril, las fuerzas nacionales alcanzan Vinaroz con lo que el camino a Cataluña queda cortado. La columna desde el inicio se trasladaba a pie y sin demasiada disciplina, los prisioneros transportaban los fusiles de los guardianes a los que previamente habían retirado el cerrojo, por lo que las distancias diarias recorridas no debieron ser grandes, seguramente menos de 20 km diarios; en los seis días de marcha hasta el 15 de abril, la columna debía encontrase próxima a esa zona.
La columna desde el inicio se traslada a pie y sin demasiada disciplina, los prisioneros cargaban con los fusiles de los guardianes a los que previamente habían retirado el cerrojo, por lo que las distancias diarias recorridas no debieron ser grandes, seguramente menos de 20 km diarios.
En los seis días de marcha hasta el 15 de abril, la columna debía encontrase próxima a esa zona.
Mi padre desconocía el desarrollo de los acontecimientos pero escuchaba los comentarios de los guardias. Así supo que las líneas nacionales se encontraban muy cerca. Junto con otro prisionero decidieron intentar la fuga aprovechando el descontrol que antes mencionaba. Así lo hicieron sin provocar ninguna alarma; permanecieron un par de días ocultos y moviéndose por la noche.
Una de las noches les dieron el alto y tuvieron suerte, habían pasado las líneas de vigilancia de los republicanos y estaban en las inmediaciones de las posiciones de vanguardia de los nacionales.
Se identificaron como prisioneros evadidos y después de varios días de interrogatorios fueron llevados a la retaguardia. Y desde allí, dada su edad, lo enviaron de regreso a Morés.
El limite entre los ejércitos del Este (Perea) y del Ebro (Modesto) establecido para llevar a cabo el repliegue final sobre la frontera es el que se puede ver en la figura. Precisamente en Pont de Molins se estableció uno de los puntos de contacto entre ejércitos, todos a cargo del EEBRO. Ponts de Molins se encontraba en la ZA del CE V (Lister) y, en mi opinión, el SCT era responsabilidad de la DIV 11.
Otro punto a tener en cuenta es que por la zona se encontraban en movimiento hacia la frontera los núcleos de internacionales que habían permanecido en España. Según Tagüeña, recibieron la orden de repliegue de André Marty y de Luigi Longo el día 6. Apunto este detalle porque entre los internacionales que permanecieron en Italia había muchos italianos que por razones obvias no pudieron en su momento regresar a Italia; no eran precisamente muy compasivos con sus compatriotas del CTV si caían en sus manos, como se pudo apreciar en Brihuega (Guadalajara).
También cabe señalar que, aunque la confusión era grande debido a la riada de refugiados y unidades sueltas que se dirigían a la frontera, la zona estaba muy controlada ya que en las proximidades de Pont de Molins, en Agullana todavía en esas fechas se encontraba el CG del EMC ( es muy probable que el Cor Estrada se encontrase allí, el día 8 estará con Rojo en Le Pethus); y también muy próximo, en la carretera de Agullana a La Bajol, se encuentra Can Bech de Baix, ultima residencia de Negrín en España.
El parte del Cuerpo de Ejército de Navarra de ese día señala
continuando el rapidísimo avance, se cruza el río Fluviá, ocupando la 4ª División multitud de pueblos que definen una línea jalonada por Santo Tomás de Fluviá, Garrigás y Báscara. Aprovechando esa penetración, la 5ª División se lanza en tromba por la carretera general, ocupando a las seis y media de la tarde Figueras y su Castillo, donde aún tienen lugar algunas postreras voladuras a la llegada de las fuerzas nacionales .
El Cuerpo de Maestrazgo se apodera de Besalú y Esponella.
El C.T.V. se establece sobre el río Fluviá entre Vilahur y el mar.
La 5ª DIV de Navarra alcanza Le Perthus el 091135H.
La Agrupación Pirenaica ocupa Tirvia.
El Cuerpo de Urgel establece contacto en Capdevánol con el Cuerpo de Aragón,.
El Cuerpo de Aragón alcanza Ribas de Fresser, y hacia el Este, las proximidades de San Juan de las Abadesas.
«Aragón» rescata 10 oficiales y un número de soldados que el parte no precisa, hechos todos prisioneros en las batallas de Teruel y el Ebro. Entre los de Teruel figura el coronel don Francisco Barba (herido en el bombardeo sufrido el 26ENE entre Capdevanol y Ripoll y separado del resto de prisioneros)