La ofensiva sobre Brunete ha detenido el avance nacional sobre Santander. El Mando del ENOR dispondrá de casi tres semanas para para reorganizar sus fuerzas.
La interferencia política en el desarrollo de la actividad de Mando militar se mantiene, Por parte del Gobierno de la República se intenta por todos los medios imponer un cierto orden en todos los aspectos que puedan afectar a las operaciones, las medidas no tendrán mucho éxito.
Los planes de reorganización se completan pero sólo sobre el papel; las Unidades se encuentran muy desgastadas, el material de procedencia variadísima no facilita el apoyo logístico, la moral de las tropas es prácticamente nula. En esta situación, la operatividad de las unidades no permitirá la ejecución con éxito de ningún plan.
Los ataques que se realizan en el frente vasco y después en el asturiano son desesperados, no conseguirán ningún éxito y el número de bajas será altísimo.
Los informes de jefes de unidad vascos desvelan la práctica ausencia de moral de combate en muchos combatientes.