Gran operación militar planeada por el alto Mando del Ejército Popular de la República. El Objetivo estratégico militar de la operación será contribuir a la defensa del Norte mediante el desencadenamiento de una acción contundente y creíble contra un punto clave del despliegue nacional: Zaragoza. Fijará fuerzas en este frente, que no se podrán trasladar al Norte, y si la operación consigue el éxito obligará a los nacionales a desplazar a Aragón fuerzas empeñadas en el Norte, llegando a paralizar esa, hasta el momento, arrolladora ofensiva.
Dos batallas previas, Huesca y Albarracín, ambas durísimas. Posteriormente la Batalla de Zaragoza y como parte de aquella la Batalla de Belchite. Lucha sin cuartel con gran quebranto en ambos bandos.
Un hecho fundamental en el desarrollo de la Guerra: las mejores Divisiones comunistas que combatían en el frente de Madrid, se trasladarán a Aragón. Nunca regresarán. El Centro de Gravedad de la Guerra se ha trasladado a Aragón y muy pronto, ya cerrado el frente del Norte, será en esta tierra donde se decida el destino de la Guerra.