El Coronel Prada se va a encontrar con todos los factores en contra. Fuerzas en retirada, batidas y desgastadas las que van llegando de Santander; y con moral baja debido a los continuos reveses recibidos en sus luchas por terminar con Oviedo las otras.
- Aislamiento de su TO e impresión de abandono por parte del Gobierno de Valencia;
- grandes dificultades para la reconstitución y relevo de las Unidades que han perdido su capacidad de combate por escasez de tropa y sobre todo cuadros de mando;
- grandes dificultades logísticas por escasez de muchos recursos y por la enorme heterogeneidad de materiales, desde fusiles a piezas de artillería, mantenimiento casi imposible y abastecimiento de municiones de imposible ejecución.
Se llevan a cabo acciones de todo tipo, traslado de BONs desarticulados a retaguardia para reorganización y despliegue en zonas consideradas pasivas, movimiento de BONs de zonas menos amenazadas a los frentes más activos, movilizaciones masivas, improvisación de cuadros de mando, etc. Intenso trabajo pero de escaso resultado.
Prada tiene todo en contra. Espera el ataque final desde Oviedo y desde el Narcea y debe reaccionar en condiciones desfavorables al esfuerzo principal que lleva a cabo Solchaga por la costa de este a oeste y a los complementarios de flanco de Aranda desde los puertos.
La aviación se encuentra en inferioridad manifiesta y la artillería con muy escasa capacidad por los problemas técnicos y logísticos antes mencionados. Además, la situación en la retaguardia tampoco le es favorable, desmoralización, politización, etc.
A pesar de todo, Prada consigue organizar línea de defensa tras línea de defensa. Su única esperanza, la llegada de un invierno que paralice complemente las operaciones en este TO que puede considerarse de pura montaña. La resistencia de los soldados será encomiable, se lucha en todas las posiciones y se obliga a un enemigo superior a emplearse a fondo.
Finalmente, Prada conseguirá mantener el contacto y permitir el embarque en condiciones durísimas de un buen número de sus hombres.
En el campo nacional, la situación es totalmente diferente;
- moral alta,
- fuerzas en victoria,
- bien instruidas,
- bien mandadas
- y bien apoyadas por su superior aviación e impresionante artillería.
La campaña no será una “excursión militar” como en Santander; aquí se encontrará terreno durísimo, enemigo tenaz y meteorología extrema. Campaña extrema, cota por cota y pueblo por pueblo.
Avance sin detenciones pero metódico y seguro. Pocos ataques frontales, se busca la maniobra, el envolvimiento y ataque finales cuando resultan imprescindibles por flancos a retaguardia.
Sólo en el Maestrazgo nos encontraremos con mapas de situación similares a los de esta campaña en Asturias.
Perdido el Norte la guerra ha quedado decidida, la República ya no puede ganar militarmente, el alto Mando lo sabe perfectamente y también los máximos responsables políticos. Quedan dos líneas de acción, la negociación o la resistencia a ultranza en espera de que un cambio radical en la situación internacional pueda cambiar el curso de los acontecimientos.
De momento, el bando nacional va a disponer de un notable incremento en personal, una gran capacidad industrial militar adicional y grandes recursos naturales de todo tipo. En tiempo breve, las fuerzas nacionales se verán incrementadas en dos nuevas grandes unidades, los Cuerpos de Ejército de Navarra y de Galicia que tendrán participación fundamental en las futuras campañas de Aragón, Maestrazgo, Levante y finalmente en Cataluña.