3 La Campaña republicana de Aragón: 6. La Batalla de Belchite (26 agosto a 6 septiembre 1937)

La línea de defensa que cierra el paso hacia Zaragoza es extremadamente débil.

Ponte no dispone de fuerzas suficientes y entre Fuentes y Mediana se extiende un boquete muy peligroso; los refuerzos están llegando y se despliegan conforme ponen pie en tierra pero por mucho interés que pueda poner en el socorro a Belchite, la operación es prácticamente imposible.

La fuerza atacante ha perdido impulso y se encuentra detenida pero dispone de una gran potencia de combate; la lucha es durísima en condiciones climatológicas terribles. El esfuerzo y enorme sacrificio que supondrán las ops servirán para consolidar la línea de defensa de Zaragoza. Pero el avance sobre Belchite resultará imposible.

Mientras tanto en Belchite se lucha de manera encarnizada. Una guarnición numerosa, bien mandada y con una organización defensiva fuerte resiste los ataques de una fuerza absolutamente superior, aguerrida y muy motivada. Los combates por ambos bandos son durísimos. Belchite ha servido para fijar sobre la posición una fuerza importante enemiga que no podrá actuar en el ataque principal sobre Zaragoza. Ponte necesita tiempo y la resistencia de Belchite es fundamental para lograrlo, se precisa el sacrificio de la guarnición y así se  hará.

Sin la llegada de esa fuerza de socorro, Belchite no tiene ninguna posibilidad de mantener la resistencia. Se combate casa por casa, hasta el último momento.

No hay posibilidad de socorro, Belchite ya ha cumplido con su misión y recibe la autorización para que el que pueda hacerlo se repliegue.

Belchite no suponía ninguna amenaza seria para los planes de ataque, las órdenes expresamente prohibían detenerse para conquistar posiciones enemigas.

Pozas podría haber optado por fijar la posición con una fuerza reducida y no empeñar mayores medios que le eran necesarios para continuar con su ofensiva. Pero tal vez, ya en el segundo día de ops se había dado cuenta que detenidos en Fuentes, en Zuera y en Villamayor, alcanzar Zaragoza era ya imposible.

La conquista de Belchite podría ser la única victoria que pudiera lograr y para el logro de ese objetivo dedicó un esfuerzo tan desproporcionado.

En el campo estratégico, el movimiento por el Mando republicano de todo un CE desde el frente de Madrid al de Aragón permitirá también al Mando nacional liberar fuerzas de aquel frente para su empleo en Aragón sin necesidad de trasladar unidades desde el frente del norte.