Maniobra en el marco de las operaciones de apoyo a la defensa de Vizcaya que se deben emprender en todos los TOs.
Ante fracasos sucesivos en los asaltos a la Ciudad Universitaria, el Alto Mando republicano pretende lograr la caída de esa zona clave mediante una maniobra más amplia de envolvimiento.
Se trata de lograr el enlace al oeste de Garabitas de dos poderosas masas de maniobra, con bases de partida al norte y sur.
La maniobra está bien diseñada pero las fuerzas deberán romper una fuerte y firmemente establecida línea fortificada enemiga, que además se encuentra guarnecida por Unidades muy fogueadas, bien encuadradas y mandadas.
Los ataques serán encarnizados, se obtendrá alguna pequeña ventaja muy puntual pero sin consecuencias reseñables. La superioridad del atacante, al menos numéricamente, es notable pero no será suficiente para romper las líneas defensiva en las zona de ruptura seleccionadas.
Como bien expone V. Rojo, las fuerzas ejecutantes presentan deficiencias muy graves tanto a nivel de mando como de tropa. Cabe señalar de manera particular la escasa fiabilidad de la información ascendente, falsa en muchas ocasiones, lo que lleva al Mando a tomar decisiones erróneas y muy costosas en sangre.
alto número de bajas en el bando nacional. Aunque no se dispone de datos sobre bajas en las líneas republicanas, se estima que el número total también fue muy alto dada la duración y violencia de los enfrentamientos.
La futura maniobra a realizar en Brunete podría considerarse como una repetición de ésta a mayor escala, con más Unidades, con mayor amplitud y con objetivos más lejanos. Probablemente con el objeto de encontrar líneas de defensa menos fuertes; como podremos ver en el desarrollo de esa futura operación, tal vez, las fuerzas de maniobra empleadas debían ejecutar un movimiento envolvente, esta vez, demasiado amplio.