El bando republicano se ve muy negativamente afectado por la desorganización militar, falta de mandos, falta de instrucción en la tropa y equipamiento poco adecuado. El bloque nacionalista todavía no se ha involucrado en la lucha.
En el bando nacional el proceso de organización y aumento está dando sus frutos, las columnas formadas inicialmente por alguna pequeña unidad regular y grupos incoherentes de voluntarios, están adquiriendo solidez y ya están formadas por Cías bien organizadas, con buenos mandos, disciplina y orden; falta artillería pero la superioridad táctica sobre el adversario es abrumadora.
A pesar de todo, los combates serán duros, sobre un terreno muy complicado y entre contendientes dispuestos a luchar hasta el ultimo momento.
Finalmente la capacidad de maniobra de las pequeñas columnas de Solchaga irán venciendo poco a poco las resistencias y alcanzarán la línea final sobre el Deva. Sobre esa línea la resistencia enemiga se hará fuerte y Mola no podrá continuar con sus planes de entrada en Vizcaya. Necesitará más fuerzas y no dispone de ellas; Franco tiene otros objetivos prioritarios, Oviedo y Madrid, por lo que no distraerá fuerzas de esos frentes para apoyar a Mola.
Alcanzada la línea del Deva, Mola deberá esperar.