Batalla de la Serena, también conocida como reducción de la Bolsa de Mérida. Se desarrolla en un terreno clave del despliegue nacional. Aquí se encuentra el enlace entre los ejércitos Nacionales del Centro y del Sur.
Larguísima Línea de Contacto en la que las posiciones nacionales, en general, se encuentran en desventaja táctica casi siempre dominadas por vistas y fuegos desde el campo enemigo, con comunicaciones vitales muy cercanas a la línea del frente y, sobre todo, con distancias muy pequeñas a la frontera portuguesa.
Las fuerzas nacionales que guarnecen esta extensa zona son muy escasas, los esfuerzos principales señalados por el EM de Franco se encuentran en otros frentes. El Ejército del Sur debe limitarse a mantener las posiciones con las menores fuerzas posibles.
Los EMs nacionales son conscientes de la precariedad de la defensa y el gran peligro que supondría una operación de envergadura contraria en la zona. Y también el EMC republicano, principalmente Vicente Rojo que ve en el Plan P una posible solución del problema militar e incluso de la guerra.
Las últimas iniciativas de Queipo de Llano sobre Pozoblanco no le han resultado demasiado favorables. Aunque también trata de buscar cierto protagonismo, hasta el momento siempre en manos del Ejército del Norte, está claro que la línea de contacto entre Mérida y Peñarroya-Pueblo Nuevo, es muy débil. Eliminar la bolsa existente desde los primeros meses de la guerra con el consiguiente alejamiento de la línea de contacto de objetivos y comunicaciones clave es la intención principal de Queipo de Llano.
Desde la llegada al mar por Vinaroz el 15 de abril del 38 y hasta el 24 de julio, el esfuerzo principal de los nacionales se dirige por el Maestrazgo y por la costa sobre Valencia. Franco no está dispuesto a distraer fuerzas en Extremadura-Andalucía, tal vez algunos apoyos, por eso cuando autorice la operación impondrá la limitación de ejecutarla con las fuerzas disponibles.
Esta importante economía de medios impuesta obliga a realizar la operación por fases, con largos intervalos de tiempo. La operación de cierre finaliza con éxito el 24 de julio. En la madrugada del 25 de julio se produce el cruce del Ebro por las fuerzas de Modesto. Todo se paraliza en la zona nacional. Se detiene en seco el avance sobre Sagunto y también afecta a la Batalla de la Serena. La operación sufrirá una nueva pausa y la explotación del éxito no se lanzará hasta el 9 de agosto. La explotación nacional se encontrará con una fortísima contraofensiva contraria que logrará recuperar gran parte del terreno perdido.
Ya iniciado el Ebro, incluso sin aviación, la acumulación de fuerzas en este frente extremeño-andaluz era muy fuerte. Tal vez el Ebro se trataba de una operación de distracción y el esfuerzo principal estratégico se estaba preparando sobre Mérida, el perseguido plan P de Rojo.